Mileva Marić nació el 19 de diciembre de 1875 en Titel un municipio serbio que por aquel entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro. Sus padres Marija Ruzić y Miloš Marić eran muy pudientes por lo que Mileva pudo estudiar e ir a la universidad., algo poco frecuente para las mujeres en esos años. En el ámbito académico, la música, la física y las matemáticas eran sus materias favoritas.
Primeros años y vida universitaria
Con calificaciones excelentes sus compañeros la describían como una persona muy inteligente y trabajadora. A finales del siglo XIX, las mujeres no podían asistir a clases universitarias pero con su caso hicieron una excepción gracias a un permiso especial que solicitó su padre. En 1896 ingresaría en el Instituto Politécnico de Zúrich para estudiar medicina, matemáticas y física.
Fue durante su etapa universitaria cuando conocería a Albert Einstein, un estudiante de primer curso del que grandes cosas se vislumbraban. Ella era cuatro años mayor que él y a pesar de no tener la aprobación de la madre de Einstein, comenzaron una relación sentimental.
Matrimonio entre Mileva Marić y Albert Einstein
En 1901, estaba al inicio de su tesis doctoral cuando se enteró de que estaba embarazada. Sin poder acabar sus estudios comenzó a dedicarse a su familia ya que tuvieron a su hija, Lieserl Einstein que según cuentan falleció al año de nacer.
Más adelante, en 1903 se casaron y se fueron a vivir juntos a Berna ya que es el sitio donde Einstein encontró trabajo. Tan solo un año más tarde nacería en Berna su segundo hijo Hans Albert Einstein. H.A.E estudió ingeniería y se convirtió en profesor de Ingeniería Hidráulica en la Universidad de California.
En 1910, llegaría el tercer hijo del matrimonio, Eduard Einstein. Inteligente, al igual que sus progenitores y su otro hermano. Sin embargo, no tuvo mucha suerte y aunque llegó a estudiar medicina en la universidad, pronto le resultó imposible hacer vida normal tras diagnosticarle esquizofrenia.
Además, desde pequeño contaba con una salud algo débil. Desde su nacimiento, Mileva se encargó de sus cuidados incluso cuando este ya era un adulto y en parte esto, ocasionó un distanciamiento entre Mileva y Albert. Entre padre e hijo nunca hubo una gran relación.
Separación y últimos años
En 1913, Mileva y Albert se trasladaron a Berlín con un matrimonio muy deteriorado. Albert comenzó una relación con su prima Elsa Löwenthal y obligó a Mileva a cumplir algunas estrictas normas de convivencia. Algunas de ellas, más que normas parecían obligaciones. Algunos califican de «tirana» a la actitud que Einstein mantuvo con Mileva.
Al año siguiente y con el inicio de la Primera Guerra Mundial dejaron de convivir. Mileva regresó a Suiza con sus dos hijos mientras que Einstein permaneció en Berlín. Durante el transcurso de la guerra Mileva trabajó dando clases de música y matemáticas para poder costearse su alquiler.
Al acabar la guerra en 1919, ambos hicieron efectivo su divorcio después de 16 años casados. Einstein accedió a pagarle a Mileva dinero en caso de que recibiera el Premio Nobel de Física. En 1921 ocurrió y con el montante correspondiente fue capaz de costear parte de los tratamientos de su hijo Eduard.
Mileva Marić estuvo el resto de sus días cuidando de su hijo. Los brotes psicóticos que sufría su hijo le generaron una fuerte crisis nerviosa que le llevó al hospital. Finalmente, el 7 de agosto fallecería en un hospital de Zúrich a causa de varias embolias.
Mileva Marić otra mujer científica y… ¿Víctima del efecto Matilda?
En el gremio científico Mileva Marić pasó totalmente desapercibida y jamás recibió el reconocimiento de sus colegas. Sin embargo, muchos le atribuyen parte del mérito en algunas de las investigaciones de Einstein como la Teoría de la relatividad perteneciente a Anales de la Física (1905), su trabajo más importante.
Es un amplio debate que se mantiene a día de hoy y los argumentos de los que creen que como muchas otras mujeres, Mileva Marić sufrió una discriminación como mujer científica se basan en cartas que Marić y Einstein se enviaron durante su noviazgo. En infinidad de estas cartas se muestran evidencias de que ambos tenían proyectos y estudios que estaban desarrollando de forma conjunta y por los que Mileva jamás obtuvo reconocimiento.
«Espero con ansias reanudar nuestro nuevo trabajo común. Por ahora debes continuar con tu investigación. Qué orgulloso estaré de tener a una doctora como esposa mientras yo solo seré un hombre común»: Albert Einstein a Mileva Marić en 1900.
«Qué feliz y orgulloso estaré cuando los dos juntos llevemos nuestro trabajo sobre el movimiento relativo a una victoriosa conclusión»: Albert Einstein a Mileva Marić en 1901.
Su vida cambió en el momento en el que se quedó embarazada, hasta aquel entonces todos sus compañeros y profesores creían firmemente que tendría una larga carrera como física y científica de éxito. La realidad que vivió fue muy distinta y entre la ciencia y la familia, se quedó con la segunda.
Si te ha gustado la historia de Mileva Marić te invito a leer la historia de Hedy Lamarr.
Una respuesta a «Mileva Marić, una mujer en la sombra»
Muchas gracias!