Nikolái Aleksándrovich Románov también conocido como el Zar Nicolás II nació el 18 de mayo de 1868 en Tsárskoye Seló. Fue hijo del zar Alejandro III y de la zarina María Fiódorovna Románova. Un descendiente de la dinastia Romanov la cuál había reinado en Rusia desde el año 1613 con la coronación de Miguel I.
Nicolás II de Rusia recibió una formación para que algún día reinará basándose en la absoluta autocracia que sus predecesores habían ejercido. Aprendió múltiples idiomas y viajo por todo el mundo. Tras el fallecimiento de su padre, se produjo su coronación el 26 de mayo de 1896. Desde ese momento, la vida de este personaje histórico cambiaría por completo.
Para ser un buen Zar, Nicolás sabía que eran necesarias dos condiciones, la primera, tener un descendiente varón para continuar la saga y dejar Rusia en manos de su primogénito. La segunda, ganar guerras , triunfar en sus batallas y conquistar territorios. La primera tardó en llegar, Nicolás tuvo con su mujer Alejandra Fiódorovna tuvo hasta cuatro hijas (Olga, Tatiana, María, Anastasia) antes de que naciera su único hijo varón, Alekséi Nikoláyevich.
Tristemente, descubrieron a las pocas semanas de edad que su hijo padecía hemofilia. Un trastorno hemorrágico hereditario que habían padecido algunos familiares de la mujer de Nicolás II. En ese momento, todo se desvaneció y existía la posibilidad de que Nicolás II no tuviera heredero ya que ante el más mínimo golpe o herida el joven Alekséi podía perder la vida.
Grigori Rasputin y su relación con el Zar
Fue de esta manera como entra en escena Grigori Rasputin, un místico ruso que afirmaba tener poderes y poder sanar a través del rezo y se estableció en el palacio de San Petersburgo con la misión de curar la hemofilia que padecía el zarévich. Muchos afirman que en cierta medida lo lograba y apaciguaba su problema utilizando la hipnosis.
Sin embargo, su influencia en la dinastía Romanov llega a ser muy grande. Rasputin pronto se convirtió en una figura muy polémica debido a sus prácticas poco discretas, su gusto por el alcohol y la compañía de prostitutas. Se le consideraba un hombre muy habilidoso y de gran oratoria. En cierto modo, se rumoreaba que tenía una aventura con la propia zarina.
La guerra con Japón y el distanciamiento entre Nicolás II y el pueblo
Sin embargo, volvamos al Zar Nicolás II. Recordemos que lo segundo más importante para ser un buen Zar era ganar guerras. Durante el reinado de Nicolás II estalló la guerra con Japón. Un país que se postulaba como una potencia emergente y que no trato en declararle la guerra a Rusia en un momento delicado para los rusos.
El Zar pudo no haber ido a la guerra pero decidió desobedecer los consejos de algunos de sus consejeros más diplomáticos e ir a la guerra. Esta fue una de las peores decisiones que pudo tomar, pues su pueblo necesitaba prosperidad y alimentos. Como era de esperar, perdió la guerra y se vio obligado a negociar y pactar con EEUU como mediador.
Después de esta guerra, tendría lugar la Revolución Rusa de 1905 una que resultó pacífica en comparación con lo que estaría por llegar. La personalidad tímida y de vida doméstica del Zar no ayudaba ya que este estaba cada vez más alejado del pueblo. Poco a poco, el vínculo Zar-pueblo ruso fue desapareciendo al mismo tiempo que los actos públicos a los que asistía el Zar.
Lo peor estaba por llegar, comenzaron los actos revolucionarios asesinando a hombres importantes para la dinastía Romanov. La oleada de protestas y el descontento extendido a todo el país lograron que el Zar cediera derechos civiles a la plebe transformándose en un régimen semiconstitucional. De esta manera evitó un alzamiento y se creo La primera Constitución de Rusia y la primera Duma. Llegaron a existir hasta tres Dumas que nunca llegaron a convencer al pueblo ni a la propia monarquía.
Llega la Primera Guerra Mundial
La precariedad y miseria por la que pasaba Rusia se vió acrecentada con la llegada de la Primera Guerra Mundial en 1914. Una vez más, Nicolás II erró al decidir movilizar tropas al provocar el inicio de la guerra. Aunque tuvo grades éxitos al inicio de la guerra y pudo haber derrotado al imperio austrohúngaro, pronto su ejército menos preparado y formado por obreros y campesinos comenzaría a perder la ventaja.
Tratando de revertir la mala situación El Zar decidió ponerse al frente del ejército dejando a su mujer y Rasputín al mando de Rusia en su ausencia. Las malas decisiones en cuanto a nombramientos de ministros y polémicas varias siguieron empeorando la popularidad de los Romanov. En 1916, Rasputin sería asesinado tras ser acusado de mal consejero y de llevar Rusia al desastre.
La situación era desastrosa, la guerra se perdía, miles de rusos morían de hambre en las calles y los bolcheviques encontraron el momento perfecto para asestar el golpe definitivo a la monarquía rusa. Miles de soldados desertaron en la guerra y millones de obreros y campesinos rodearon el palacio de Petrogrado donde residían su mujer e hijos. La Revolución de 1917 fue un éxito y el Zar Nicolás II se vio obligado a abdicar formándose un gobierno provisional liderado por Kérenski.
¿Cómo murió el Zar Nicolás II?
Nicolás II se dejó detener, sin ofrecer resistencia y fue confinado en su casa bajo vigilancia. En cambio, ante el peligro que corrían sus vidas los trasladaron a otro lugar. En octubre de 1917, el gobierno de Kerenski cayó y la vida del Zar y su familia estaría en manos del gobierno de los soviets.
Estos decidieron trasladar a la familia a Ekaterimburgo en la casa Ipátiev. Allí permanecieron durante un tiempo hasta que Lenin dio desde Moscú su aprobación para la ejecución de la familia real ante la posible llegada del ejercito Checoslovaco.
De esta manera y evitando entrar en detalles, el Zar Nicolás II, su mujer y sus cinco hijos serían asesinados en el sótano de esa casa el 17 de julio de 1918. Su reinado se ha considerado como uno de los más difíciles de la historia, se dio el contexto y las circunstancias que desembocaron en un trágico final.
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