Valery Alekseyevich Legasov fue un científico soviético experto en física nuclear conocido por su trabajo e investigación en la catástrofe de Chernóbil en 1986. Este personaje histórico fue fundamental para establecer las causas y pasos a seguir necesarios para evitar que la historia se repitiese.
Legasov nació en Tula en 1936, una ciudad situada 165 kilómetros al sur de Moscú. Desde pequeño destacó por su gran inteligencia y sus profesores vislumbraron en él un gran futuro. Estudió secundaria en Kursk y más adelante se desplazó a la capital donde se graduaría con medalla de oro en el colegio #56 de Moscú. A los 25 años se graduó en la Facultad de Ingeniería Físico-química de la Universidad de Tecnología Química Dmitri Mendeléyev de Rusia.
En 1962 pasó a formar parte del Departamento de Física Molecular del Instituto Kurchátov de Energía Atómica situado en Moscú. Continuó progresando en su formación siendo investido doctor en Química y entrando en la Academia de las Ciencias de la URSS.
Sus múltiples méritos le hicieron merecedor del cargo de Primer Subdirector de trabajo científico del Instituto Kurchátov en 1983. Esta institución de investigación sigue siendo a día de hoy la más relevante de toda Rusia en el campo de la energía nuclear. Fue tal la carrera que realizó que en sus círculos era envidiado del éxito que tenía.
El accidente de Chernóbil
El 26 de abril de 1986, Valery Legasov tuvo que elegir entre ir a una reunión de trabajo o tomarse el día libre. Su hija Inga Legásova afirma que su padre fue allí por pura casualidad. Una llamada le destinó a Chernóbil y desde entonces, su vida cambiaría por completo.
La mayoría sabéis lo que ocurrió en aquella central nuclear pero nunca está de más un pequeño resumen. Aquel 26 de abril los empleados de la central realizaron un experimento técnico reduciendo la producción del reactor para testar el sistema de seguridad.
Se dice que los empleados no sabían lo suficiente del reactor y tras llevarlo a un estado fuera de control pulsaron el botón de emergencia. En menos de 10 segundos el cuarto bloque de la planta con casi 200 toneladas de combustible radioactivo estalló. En su momento, las autoridades fueron incapaces de estimar la gravedad del accidente. Es entonces cuando entra en escena Valery Legasov, subdirector del instituto Kurchátov, donde se había diseñado el reactor usado en Chernóbil.
Valery Legásov entra en escena
Sin ser un experto en reactores nucleares, Legasov fue el único científico de cierto nivel localizable ya que muchos se encontraban de vacaciones. Legasov quedó horrorizado al ver la situación del reactor y junto con otros miembros de la comisión gubernamental ascendió en helicóptero y se expuso a grandes dosis de radiación para comprobar cuál era la situación del reactor, que estaba destruido por completo. Esos días, tuvo que luchar para que las áreas cercanas fueran evacuadas pues en aquellos años la ciencia se mantenía supeditada a los intereses políticos.
Para el Kremlin la reputación nacional estaba por encima de todo. Tras conseguirlo, reconoció haber ocultado que sabía que la ciudad se evacuaría para siempre y los ciudadanos jamás volverían a sus casas porque sino se hubieran demorado todavía más en abandonar sus domicilios. Las horas pasaron y a pesar del bloqueo de información que realizó la URSS, en Europa empezaron a sospechar tras detectar inusuales niveles de radiación.
Legasov tomó la decisión de usar helicópteros para bombardear el reactor con tierra y arena y reducir así la amenaza radioactiva. Por otro lado, las aguas freáticas preocupaban seriamente al científico soviético ante la posibilidad de que envenenaran el agua del río Pripyat.
A los 10 días decidió advertir en una reunión de la gravedad de la situación, tristemente no se llegó a ningún acuerdo y regresó al lugar del accidente. Su primera pequeña victoria llegaría tras la bajada de los niveles de radiación y la temperatura. Pudiendo regresar a casa, decidió quedarse y seguir trabajando.
Informes, declaraciones y depuración de responsabilidades
Un equipo del Instituto Kurchátov preparó un informe especial sobre las causas y las dimensiones de la catástrofe con el objetivo de presentarlo ante el Organismo Internacional de Energía Atómica. Legasov como responsable de este informe se aseguró de que cada dato aportado fuese verídico y revisado dos veces. En agosto de 1986 acudió a Viena para salvar la imagen soviética ante la mirada de Europa occidental.
Cuando le preguntaron acerca del tiempo que duraría su ponencia, contestó 3 horas y se dispuso a leer su informe de 400 páginas. Tras ello, se enfrentó a las preguntas de los mejores científicos de todo el mundo, los mismos que le ovacionaron tras reconocer los esfuerzos de Legasov por responder ampliamente y con honestidad a todas las cuestiones.
Al regresar a Moscú le negaron el mérito a Héroe Nacional. Su salud comenzó a empeorar debido a los efectos de la radioactividad. Más adelante, el 29 de agosto de 1987 se intentaría suicidar sin éxito en el hospital.
El trabajo de Valery Legásov en sus últimos meses de vida
Los últimos meses de su vida se dedicó a estudiar y recoger información sobre todos los accidentes tecnológicos del mundo. Todo con el objetivo de minimizar la posibilidad de este tipo de accidentes. En su artículo «Mi deber es contarlo para que todos lo sepan» criticó el esquema soviético de construcción de reactores y su personal poco cualificado. Debido al carácter crítico de sus afirmaciones, nunca llegó a ser publicado.
Finalmente, elaboró un plan para crear un consejo que estudiara el estancamiento de la ciencia soviética. Tras presentarlo a la Academia de Ciencias el 26 de abril de 1988, volvió a su casa derrotado por la no aprobación de su plan. Al día siguiente lo encontraron ahorcado en su domicilio particular.
Antes de quitarse la vida, Legasov decidió grabar unas cintas de audio donde hablaba de los fallos y las responsabilidades del accidente de Chernóbil y otros anteriores. Una gran pérdida para la ciencia soviética se dijo en los periódicos. Años más tarde en 1996, se le adjudicaría «por su valentía y heroísmo» el título de Héroe de Rusia. El colegio de su infancia tiene su nombre en su honor.
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