Julio Cortázar, nacido el 26 de agosto de 1914 en Ixelles, Bélgica, es uno de los escritores más importantes y revolucionarios de la literatura latinoamericana del siglo XX. Conocido por su estilo experimental y su habilidad para mezclar lo real con lo fantástico, Cortázar con su obra más famosa, “Rayuela”, se posicionó como una de las figuras centrales del llamado Boom latinoamericano.

Primeros años y formación académica

Julio Cortázar nació en el seno de una familia argentina que residía en Bélgica debido a la Primera Guerra Mundial. Sus padres, Julio José Cortázar y María Herminia Descotte, eran argentinos, y la familia residía temporalmente en Europa debido por el trabajo como diplomático de su padre. Tras el fin de la guerra, los Cortázar regresaron a Argentina cuando Julio tenía apenas cuatro años y se establecieron en Banfield, un suburbio de Buenos Aires. Es en Argentina donde Julio pasaría la mayor parte de su infancia y su adolescencia.

Esta mudanza marcó el inicio de una infancia que, aunque tranquila, estuvo caracterizada por una salud frágil y la aparición de una temprana pasión por la lectura. Fue un niño precoz que aprendió a leer a los cuatro años. Desde muy pequeño, Julio Cortázar demostró una inteligencia sobresaliente.

Desarrolló un profundo interés por la literatura. Una literatura que le abrió un mundo nuevo que lo acompañaría durante toda su vida. Pasó su niñez rodeado de libros clásicos y se sumergió en autores como Edgar Allan Poe y Julio Verne, quienes influirían notablemente en su estilo literario.

En cuanto a su formación académica, Cortázar asistió a la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, donde obtuvo el título de maestro a los 18 años. Más tarde, se graduó como profesor en Letras, y su brillantez le permitió obtener cátedras en distintas escuelas secundarias de Buenos Aires y en el interior del país. Sin embargo, su paso por la universidad fue limitado. Nuestro personaje histórico describió la universidad como una experiencia insatisfactoria y repetitiva que no satisfacía su ansia por el conocimiento.

Primeros pasos en la literatura

Su primer libro, “Presencia” (1938), fue una colección de poemas que publicó bajo el pseudónimo de Julio Denis. Sin embargo, no fue hasta 1951, cuando publicó “Bestiario”, una serie de relatos que combinaban lo cotidiano con lo extraordinario, que comenzó a ganar reconocimiento en el ámbito literario.

A pesar de su éxito inicial, Cortázar no se consideraba completamente satisfecho con su trabajo y, buscando mayor libertad tanto literaria como política, decidió mudarse a París en 1951. Este sería un paso fundamental en su vida, ya que la capital francesa no solo se convertiría en su lugar de residencia permanente, sino también en el centro de su desarrollo literario.

El viaje a París de Julio Cortázar

En 1951, Julio Cortázar realizó un viaje que cambiaría su vida y su carrera literaria para siempre: se trasladó a París. Este viaje fue motivado tanto por razones políticas como personales. En ese momento, Argentina estaba bajo el gobierno de Juan Domingo Perón, cuyo régimen autoritario incomodaba profundamente a Cortázar. Decidido a distanciarse de esa situación, partió hacia Francia con la intención de exiliarse.

París se convirtió en su hogar definitivo y en el epicentro de su producción literaria. Allí trabajó como traductor de la UNESCO y se sumergió en el ambiente cultural de la ciudad, rodeado de artistas e intelectuales. París, más que un simple destino, se transformó en el escenario de la libertad creativa de Cortázar.

El “Boom latinoamericano” y la publicación de “Rayuela”

Fue en París donde Cortázar escribió algunas de sus obras más importantes, como Rayuela (1963), la novela que lo consagró internacionalmente. Con la publicación de “Rayuela” rompió con los esquemas narrativos tradicionales y ofreció una experiencia literaria única. “Rayuela” no solo es un texto innovador por su estructura, sino también por su contenido, donde el autor explora temas como el azar, el amor, la búsqueda existencial y la dislocación en el mundo moderno.

“Rayuela” se convirtió en uno de los pilares del Boom latinoamericano, un movimiento literario que incluyó a autores como Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, quienes comenzaron a ser reconocidos internacionalmente en la década de los 60 y 70 por sus estilos narrativos innovadores y por reflejar la compleja realidad latinoamericana.

Portada de Rayuela, obra escrita por Julio Cortázar en 1963.
Portada de Rayuela, obra escrita por Julio Cortázar en 1963. Fuente Wikipedia.

Las 10 obras más importantes de Julio Cortázar

1. Bestiario (1951) – Primer libro de cuentos que lo consagró como un maestro del relato corto.

2. Final del juego (1956) – Colección de cuentos con algunos de sus relatos más emblemáticos.

3. Las armas secretas (1959) – Incluye el famoso cuento “El perseguidor”, inspirado en el músico Charlie Parker.

4. Los premios (1960) – Primera novela publicada, un preludio a su obra cumbre.

5. Historias de cronopios y de famas (1962) – Libro de relatos que mezcla lo absurdo con lo fantástico.

6. Rayuela (1963) – Su obra maestra, una novela experimental que ofrece múltiples formas de ser leída.

7. Todos los fuegos el fuego (1966) – Otra colección de cuentos con un enfoque en la realidad y lo fantástico.

8.62 Modelo para armar (1968) – Novela que continúa la experimentación estructural de Rayuela.

9. Octaedro (1974) – Colección de cuentos que exploran el tiempo, el destino y las relaciones humanas.

10. Libro de Manuel (1973) – Novela política que combina el activismo con la narrativa experimental.

Temas recurrentes en sus obras

Julio Cortázar se destacó por su capacidad para entrelazar lo cotidiano con lo fantástico, llevando al lector a cuestionar la realidad. En sus relatos y novelas, es común encontrar personajes que atraviesan situaciones absurdas o fantásticas, pero que son tratadas con naturalidad, lo que contribuye a ese sentido de extrañamiento característico en su obra.

La dualidad entre lo real y lo fantástico

Uno de los principales temas en la obra de Cortázar es la dualidad entre lo real y lo fantástico. A menudo, sus relatos presentan situaciones cotidianas que, de manera súbita y sutil, se transforman en algo extraordinario o inexplicable. Este cruce entre lo mundano y lo fantástico no busca sorprender al lector con hechos imposibles, sino invitarlo a cuestionar la naturaleza de la realidad misma. Ejemplos de esto se encuentran en cuentos como “Casa tomada” y “La noche boca arriba”, donde el lector es llevado a un espacio ambiguo donde lo fantástico parece tan real como lo tangible.

El juego

Otro de los temas centrales en la obra de Cortázar es el juego, tanto en su estructura narrativa como en los personajes que crea. En su novela más famosa, Rayuela (1963), el juego es parte fundamental de la trama: la obra puede leerse de distintas formas, ofreciendo al lector múltiples caminos para explorar la historia. Este enfoque lúdico también aparece en sus cuentos, donde a menudo los personajes se encuentran participando en juegos literales o metafóricos que terminan revelando aspectos profundos de su psicología y la naturaleza humana.

La crítica a las convenciones sociales y culturales

La crítica a las convenciones sociales y culturales es otro tema recurrente en la obra de Cortázar. A través de sus personajes y tramas, expone las limitaciones de las estructuras sociales, la alienación del individuo y la necesidad de escapar de los moldes impuestos por la sociedad. Esta crítica está presente en obras como “Los premios” (1960) y en varios de sus cuentos, donde la incomodidad con las normas establecidas impulsa a los personajes a buscar alternativas, aunque estas sean a menudo inalcanzables.

El tiempo y la muerte

Finalmente, el tiempo y la muerte son elementos fundamentales en su obra. Cortázar juega constantemente con la idea de la temporalidad, sugiriendo que el tiempo no es lineal ni absoluto, y que la muerte es simplemente un pasaje a otra dimensión. Este tratamiento del tiempo puede observarse en cuentos como “El perseguidor”, donde la noción de la temporalidad es desafiada por un músico obsesionado con la inmortalidad del arte.

Su vida personal

Cortázar tuvo varias relaciones sentimentales importantes a lo largo de su vida, aunque no tuvo hijos. Su primera esposa fue Aurora Bernárdez, traductora argentina con quien se casó en 1953. Aurora jugó un papel crucial en su carrera, apoyándolo tanto emocional como profesionalmente. A pesar de su separación en los años 60, mantuvieron una relación cercana hasta la muerte del escritor.

En la década de 1970, inició una relación con la escritora lituana Ugnė Karvelis, quien también influyó en su obra y vida personal. Sin embargo, su pareja más significativa en sus últimos años fue Carol Dunlop, escritora y fotógrafa canadiense, con quien compartió su pasión por los viajes y la literatura. Se casaron en 1981 y permanecieron juntos hasta la muerte de Carol en 1982. Cortázar nunca tuvo descendencia.

Julio Cortázar en los años 70s.
Julio Cortázar en los años 70s. Fuente: Wikipedia

Compromiso político y últimos años

En sus últimos años, Cortázar se mostró cada vez más comprometido con la política, apoyando las causas revolucionarias en América Latina. Este compromiso se reflejó tanto en sus ensayos como en algunas de sus obras literarias, que comenzaron a abordar con más fuerza los temas políticos y sociales.

Fallecimiento de Julio Cortázar

Julio Cortázar falleció en París en 1984, a los 69 años de edad. La causa oficial de su muerte fue leucemia. Sin embargo, también se ha especulado que su salud se deterioró debido a complicaciones relacionadas con una enfermedad parasitaria llamada toxoplasmosis, que había contraído años antes. Fue enterrado en el Cementerio de Montparnasse, junto a su segunda esposa, Carol Dunlop.

En este mismo cementerio, se encuentran enterrados otros personajes históricos como la filósofa existencialista Simone de Beauvoir.

Frases más famosas de Julio Cortázar

“Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.”
Rayuela

“La explicación es un error bien vestido.”
Rayuela

“Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.”
Último Round

“Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.”
Rayuela

“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, lo he visto.”
Rayuela

“Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.”
Rayuela

“La coma, esa puerta giratoria del pensamiento.”
La vuelta al día en ochenta mundos

“Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma.”
Rayuela

“Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.”
Último Round

“Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.”
Rayuela

Legado literario

El legado de Julio Cortázar es inmenso. Su capacidad para jugar con el lenguaje, sus innovaciones formales y su interés por los aspectos más surrealistas de la vida cotidiana lo convierten en uno de los autores más influyentes del siglo XX. No solo inspiró a generaciones de escritores latinoamericanos, sino que también dejó una huella indeleble en la literatura universal.

Sus obras han sido traducidas en numerosos idiomas y siguen siendo leídas y estudiadas por lectores y críticos de todo el mundo. Julio Cortázar es recordado no solo como un maestro del cuento y la novela, sino también como un eterno buscador de nuevos caminos para la narrativa. En palabras de uno de sus personajes de “Rayuela”, Cortázar siempre estuvo interesado en la posibilidad de “romper las barreras entre el lector y la historia”, algo que logró con creces en su obra.


Si te ha gustado la historia de Julio Cortázar no dudes en compartir la publicación. Si te interesa la historia de otros personajes históricos te invito a leer la historia de René Goscinny, el creador de Astérix el Galo.

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